Un estudio reciente mostró que si la tendencia actual continúa, pronto habrá una reducción significativa en la productividad agrícola. Y con la disminución de la productividad agrícola y el aumento de la población, es probable que haya escasez de alimentos en todo el mundo.
La producción de cultivos muy sensibles a los cambios de temperatura ya se está reduciendo debido al calentamiento global. Por ejemplo, hay una disminución sustancial en la producción de cebada. Las temperaturas más altas y la falta de agua también han contribuido al cambio en la calidad de algunas variedades de uva.
También existe una alta probabilidad de escasez de café debido a que el cambio climático ha provocado la reducción del área apta para su producción. Los cambios climáticos también han provocado un aumento de los ataques de plagas, como se vio durante la invasión de langostas a principios de este año en algunas partes del mundo.
Como si eso no fuera suficiente, el cambio climático afecta significativamente la disponibilidad de agua. La ONU proyecta que más del 60 por ciento de la población mundial no tendrá suficiente agua para el consumo en 2025, debido a la actividad del cambio climático, entre otras razones.
El aumento de las temperaturas globales desestabiliza el ciclo del agua y también hace que las sequías y las inundaciones sean más frecuentes.
El clima también juega un papel importante en la aparición y propagación de enfermedades. Los cambios en las temperaturas y los patrones de precipitación, por ejemplo, son una de las principales causas de enfermedades mortales transmitidas por insectos.
A medida que aumentan las temperaturas globales, los insectos que causan enfermedades, como los mosquitos, se propagan más allá de sus hábitats actuales. Y conducen a la propagación de la malaria, el dengue, el zika y el virus del Nilo Occidental, entre otras enfermedades.
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Las enfermedades sensibles al clima seguirán empeorando con la prevalencia de eventos climáticos y meteorológicos extremos. Los estudios indican que el riesgo de contraer malaria era cinco veces mayor al año siguiente a la ocurrencia de El Niño. Algunos científicos también atribuyen los brotes de ébola al cambio climático.
El aumento de fenómenos meteorológicos inesperados y extremos, como estaciones secas seguidas de fuertes lluvias, siempre ha coincidido con el brote de ébola.
Esto se debe a que estos eventos climáticos crean muchas oportunidades para que los animales y los seres humanos interactúen, compitiendo por los recursos. Como resultado, esto hace que las enfermedades de los animales salten entre las especies que infectan a los seres humanos.
La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional publicó un estudio que estableció que alrededor del 75 por ciento de las enfermedades humanas nuevas o reemergentes desde principios del siglo XXI provienen de animales. Estas enfermedades incluyen la gripe aviar, el SARS e incluso la gripe H1N1.
Esto significa que los humanos están cada vez más en estrecho contacto con animales salvajes, que pueden ser portadores de infecciones.